Bienvenidos
a Zaragoza, una ciudad que camina, que se encuentra y se conoce a pie de calle.
Paseos, bulevares, avenidas, calles y andadores acogen desde la cultura y el
patrimonio que romanos, musulmanes, judíos y cristianos nos legaron, hasta los
nuevos barrios en los que la ciudad ha crecido.
Bienvenidos
al Encuentro en el que podremos escuchar, compartir, opinar, aprender. Donde
entre todos trabajaremos para hacer mejores nuestras ciudades, más amables, más
humanas. Y lo haremos como viandantes, caminantes, peatones.
Creemos que caminar no es únicamente una
forma de movilidad, sino también una forma de apropiarse del territorio, de la
ciudad, de relacionarse con otras personas, de estar. Por consiguiente, el
espacio de los viandantes no se debe pensar únicamente desde criterios
circulatorios, de reglas y dimensiones para la movilidad peatonal, sino también
y sobre todo desde criterios sociales, urbanísticos, paisajísticos y
ambientales.
El espacio peatonal es un
espacio para estar.
El hábito de andar no es casual en nuestras ciudades.
Nuestra cultura, nuestra sociedad es eminentemente peatonal. Aquí se ha
caminado históricamente para desplazarse, aquí hay muchas más y mejores
condiciones para hacerlo de una forma eficiente y agradable que en muchas otras
ciudades de Europa. Reivindicar
la importancia del carácter peatonal de la ciudad mediterránea no quita tampoco
que se pueda aprender de los avances de las ciudades del norte de Europa.
Pero
es que aquí la vida sucede en la calle, en el exterior, en el lugar
común, en el lugar de encuentro. Da igual que sea en un barrio o en el centro
de la ciudad. Y eso es una condición que debe ser irrenunciable. Porque es un
tesoro. Es nuestro tesoro.
Bienvenidos, porque entre todos HACEMOS CALLE
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