miércoles, 5 de marzo de 2014

LA SEGURIDAD SUBJETIVA IMPORTA PARA TODOS

Traducido del blog de Sara Dorman

Hay muchos chistes y bromas sobre las tensiones, separaciones y divisiones entre los colectivos ciclistas, pero una de las cosas buenas de estar involucrado con el colectivo “PEDAL” en el Parlamento británico ha sido nuestro rechazo a reconocer esas divisiones. "Somos todos lo mismo", hemos dicho, ciclistas y no ciclistas. Y nuestras concentraciones de protesta han sido prueba de ello, con toda clase de personas en bicicletas y peatones participando.

Pero estoy llegando a ser cada vez más consciente de una divisoria que amenaza nuestra reclamación de estar por encima de estas divisiones. Había tratado de evitar escribir esto en el blog porque sé que va a abrir tensiones con la gente cuya energía, compromiso y brillantez admiro mucho.

Cada vez más, estoy escuchando en foros, blogs, Twitter, y en reuniones, el argumento de que los ciclistas que encuentran las calzadas demasiado peligrosas, deberían viajar por la acera.

Lo he escuchado en diferentes contextos, y a menudo se presenta como una alternativa razonable al peligro que para el uso de la bicicleta como vehículo ha existido hasta hace poco. A veces se habla como si fuera una forma de desobediencia civil, el rechazo público de las duras normas impuestas a los ciclistas.

Pero también se oye con un enfadado tono de justificación, sugiriendo que los ciclistas tienen derecho a ese espacio. Esto se ve reforzado con que cuando se introdujeron sanciones para los ciclistas que circulen por las aceras, sólo se consideró que debía ser penalizado el ciclista "irresponsable". Y, por último, el argumento tumbativo de que los ciclistas sólo son responsables de una pequeña fracción de las muertes y lesiones graves de los peatones.

Ahí es donde el argumento empieza a desmoronarse. Los peatones entienden que los ciclistas se sienten inseguros en las calzadas. Entienden la diferencia entre el ciclismo imprudente y ciclismo cauteloso. Pero, aún así encuentran amenazante la invasión de su espacio. Los ciclistas hablan mucho de la seguridad subjetiva en estos días, pero ¿y la de los peatones?.

Y los más vulnerables entre ellos, las personas mayores, personas con movilidad reducida y los niños, son los que encuentran más intimidador que un ciclista les adelante en la acera. El ciclista puede tener cuidado y ser prudente, pero es igual que aquellas personas que dicen “es inofensivo”, mientras que su perro no para de ladrarte, todo es subjetivo.... Si tienes 80 años y como resultado de una caída tienes una rotura de cadera , puede ser fatal. Por lo tanto, no sólo estamos hablando de la sensación de perder libertad de movimiento, de salir menos, sino de consecuencias graves para la salud.

La ironía es que muchos de los mismos activistas rechazan el espacio compartido. ¿Cómo podemos decir que no queremos compartir espacio, y luego reclamar las aceras como refugio, incluso temporalmente, o como una declaración política?

Al invadir el espacio peatonal, estamos mostrando nuestro desprecio por ellos, los peatones. Un ciclista, amable con los peatones, me contó recientemente algo que ocurrió mientras esperaba en una parada de autobús. Cuando el bus se detuvo, una familia pasaba en bici por la acera, entre mi amigo y la puerta abierta del autobús , diciendo "perdón, perdón" a su paso. Por un lado, suena como que estaban siendo considerados. Pero por otro, ¿por qué tienen que pasar irrumpiendo por delante de el? Incluso con el educado “perdóneme” el mensaje es “somos mas grandes y mas rápidos, déjenos pasar”; no aceptamos esa actitud de los coches, ¿por qué pensamos que es correcto para las bicicletas?

Tenemos la suerte de conocer a dos parejas, amigos y vecinos, que son ciclistas de toda la vida. Ahora tienen 70 y 90 años, ellos pedalearon cuando estaba de moda, y cuando estaba totalmente fuera de moda, y se han ido a lugares y hecho cosas en bicicleta que yo sólo puedo soñar, carreras, turismo, albergues juveniles, desplazamientos, con la mayor parte de su vida social girando en torno a las bicicletas también. Pero están horrorizados por lo grotesco de los ciclistas de ahora, corriendo a través de los parques, en los caminos de los canales, cruzando pasos de peatones .

Entienden que la mayoría de los ciclistas no se comportan de esa manera, y que no deberíamos medir a todos por el mismo rasero, pero no ven que los ciclistas les respeten a ellos ni a sus preferencias cuando no van con sus bicicletas. Cuando la gente como ellos temen salir a pie a causa de los ciclistas, algo estamos haciendo algo mal.

Si queremos apoyar el turismo activo, si queremos a los peatones como aliados, tenemos que tomar sus necesidades y preocupaciones más en serio. Y eso no va a llevarse a cabo mediante la promoción de la bicicleta por la acera, o citando estadísticas de la poca gente que matamos como cierta justificación perversa para mantener su infraestructura como rehén hasta que tengamos la nuestra propia.

Lo siento si esto suena a reproche. Todos tenemos que tomar nuestras propias decisiones acerca de cómo vamos en bici y por donde. Como la mayoría de nosotros, he circulado por aceras aquí y allá, donde no me sentía seguro, donde las infraestructuras no se conectaban, donde mi aparcamiento de la bici está en el otro extremo de una calle adoquinada, pero voy a desmontar de mi bicicleta cuando vaya por la acera a partir de ahora, en interés de la solidaridad y la seguridad subjetiva de los peatones de todo tipo.

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